lunes, 5 de octubre de 2009

Cronista y encargado de interclan


Antiguamente los mineros solían llevarse un canario a su trabajo, no tanto para darles alegrías en forma de cánticos, sino porque, en caso de faltar el aire dentro de la mina el pájaro sería el primero en avisar al resto del peligro.

Algo similar, pero aplicado al clan Pipa de la paz, podríamos decir del cronista y encargado del interclan. Es muy importante dejar claro que el cronista no es el evaluador oficial de la unidad ni le corresponde, por lo tanto, hacer balances ni estados de la cuestión (de eso ya se encargan el consejo y la asamblea de clan). El cronista es únicamente un rover más, que da su opinión particular y subjetiva sobre una serie de aspectos que tienen que ver con actividades, programaciones, cargos, obstáculos en el camino y posibles soluciones.

En este sentido, una buena labor de interclan (documento quincenal o mensual sobre aspectos concretos de la progresión de la ronda) y de cronista (relatos o columnas de opinión sobre actividades, salidas y reuniones de la unidad) puede resultar enormemente beneficiosa no ya sólo para el coordinador de clan o los animadores, a los que sirve de termómetro de la sección, sino para agilizar las reuniones de consejo y asamblea al aportar una importante fuente de ideas sobre la realidad interna de la sección.

No obstante, para que esta función se cumpla correctamente es necesario que todos los miembros del clan asuman su importancia y valoren en su justa medida las opiniones de uno de los suyos. La proyección a la autonomía, a fin de cuentas, es imposible sin un ejercicio constructivo de autocrítica, y es precisamente ahí, en la detección de determinados conflictos, donde el cronista debe cumplir con su papel de “canario” y velar por los buenos vientos del clan.

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